Libreto de la puesta en escena.

Colectivo Invenciones sin diván – ELP

“Impromptu. Lacan en Vincennes”: Libreto y demo de la puesta en escena.

Presentado en:
-       Centro Cultural Universitario Tlatelolco: 19 y 26 de mayo 2018.
-       Museo León Trotsky: junio 2018.
-       Museo de la Ciudad de México: agosto 2018
-       Facultad de Psicología, UNAM, septiembre 2018
-       Teatro "Contigo América": octubre 2018
-       Cierre de Coloquio "El exilio" Instituto 17 de Teoría Crítica: Antiguo Colegio
de las Vizcaínas, enero 2019.



Libreto:
Adaptado por Susana Bercovich a partir de las diversas versiones disponibles.

Personajes:
- Tres "Lacan": misma camisa, misma corbata, lentes, su cigarro
- Siete intervinientes colocados entre el público.
- Dos músicos (dos guitarras o un bajo y una guitarra)
En el escenario:
Un escritorio, una silla.
Sobre el escritorio: una jarra de agua, un vaso, un cenicero.
A un lado: una pizarra y tizas.

Luz en la sala.
- Los dos músicos se sientan en un extremo del escenario, afinan sus guitarras, tocan fragmentos de canciones de rock de los años 60/70.
- Mientras los intervinientes 1 y 7: pegan carteles alusivos al 68 francés y al 68 mexicano. (Los carteles reproducen gráficas de la época)
 - El público comienza a ubicarse.
- Otros actores entran con el público (comentan entre ellos la llegada de Lacan) se ubican en asientos previamente reservados.
- Otros actores ya están en la sala sentados entre el público.

 -Interviniente 1: (Mientras cuelga un póster, grita desde un extremo de la sala):
 - ¡Hey! ¿Quién viene hoy? Foucault?
 - Interviniente 7: (colocado en el otro extremo de la sala): - ¡No, Lacan!

 Oscuro
Video 1: Imágenes de los 68 movimientos en el mundo, París, Vincennes
 (duración cinco minutos). Los primeros minutos del video son musicalizados por los guitarristas, improvisan, luego su música se une al "Gimme Shelter" de Rollings Stones.

Luz en la sala
Un perro se pasea por el estrado.

 Lacan 1: Entra. Portafolio en mano.
 - Todo el mundo está contento de ver a este pequeño animal. Había pensado traer uno, mi musa. Es la única persona que conozco que sabe lo que habla – no digo lo que dice – porque no es que ella no diga nada: no lo dice con palabras. Dice algo cuando tiene angustia – ocurre a veces – pone su cabeza sobre mis rodillas, sabe que voy a morir. Algunas personas aquí saben cómo se llama. Se llama Justine…

 interviniente 1: ¡Eh!  ¡Esto no va! Nos habla de su perro.

J. L. – Es mi perra, es muy bella, y si ustedes la hubieran oído hablar…Lo único que le falta comparada con el que aquí se pasea, es que no ha ido a la universidad.

Sale el perro de la escena.
Aquí estoy, pues, a título de invitado, en el Centro Experimental de la susodicha Universidad, experiencia que me parece bastante ejemplar.  Puesto que es de la experiencia de lo que se trata, pueden preguntarse ¿para qué sirven ustedes? Si me lo preguntan a mí, les haré un dibujo – lo intentaré- porque después de todo, la universidad es muy fuerte, tiene cimientos profundos.

Dibuja en el pizarrón las fórmulas de los cuatro discursos.
 Los guitarristas tocan,  Lacan se detiene un momento a observarlos.

-Les he reservado el anuncio del título de una de las cuatro posiciones de discursos que anuncié en  mi seminario, el discurso del amo, dije, ya que ustedes están acostumbrados a oír hablar de este. Y no es fácil dar un ejemplo. Lo intentaré, a pesar de todo. En eso estoy, tras haberlo dejado en suspenso en mi seminario. Ciertamente, aquí no se trata de continuar. “Impromptu”, he dicho .
En segundo lugar, discurso de la histérica. Es muy importante porque es con éste que se esboza el discurso del psicoanalista. Sólo que, psicoanalistas, haría falta que los hubiera. A esto es a lo que me dedico.

Interviniente 2:  - En todo caso, no es en Vincennes donde hay psicoanalistas.

J. L.: Usted lo ha dicho, no en Vincennes.

 interviniente 3: -¿Por qué los estudiantes de Vincennes, al final de la enseñanza que se supone reciben, no pueden convertirse en psicoanalistas?

J. L. Tomando una voz  aguda: Eso es precisamente lo que voy a explicar, señorita. Justamente se trata de eso. Porque el psicoanálisis no se transmite como cualquier otro saber.
El psicoanálisis no transmite un saber, no es que no tenga nada que saber, contrariamente a lo que se propone de manera imprudente; porque eso es lo que se cuestiona: la función en la sociedad de cierto saber, el que se les transmite a ustedes, existe.

Murmullos suaves

Interviniente 2: – ¿Podría usted hablar más lentamente? Porque algunos estudiantes no alcanzan a tomar nota…

 interviniente 4: – Hay que ser imbécil para tomar notas y no comprender nada del psicoanálisis y de Lacan en particular.

  Risitas

J. L. Volviéndose hacia el pizarrón – Esto es una secuencia algebraica

 interviniente 5: ¡El hombre no puede resolverse en ecuación!

J. L. - …que se sostiene porque constituye una cadena cuyo punto de partida está en esta fórmula:
                         S1---------  S2
                         S               a

Un significante se define por representar a un sujeto para otro significante…
Me he preguntado, en primer lugar ¿qué podía resultar de esto para el psicoanalista? ¿Dónde se hallaba él? Porque sobre este punto es evidente que las nociones no son claras…  Desde que Freud, que sabía lo que decía, dijo que era una función imposible…Y sin embargo se cumple todos los días. Si releen bien el texto se percatarán de que no es de la función de lo que se trata sino del ser del psicoanalista.
¿Qué es lo que se engendra para que un buen día un psicoanalizante se comprometa a ser psicoanalista?  Es lo que traté de articular cuando hablé del acto psicoanalítico. Interrumpí mi seminario ese año, era 1968, lo interrumpí antes del final, para  mostrar así mi simpatía con lo que se movía y que continúa moviéndose… moderadamente. La protesta me hace pensar en algo que ha sido inventado un día, si tengo buena memoria, por mi buen y difunto amigo Marcel Duchamp: “El soltero se hace él mismo su chocolate.” Tengan cuidado de que la protesta no se haga chocolate ella misma.
En resumen, este acto analítico quedó en pañales, si puedo decirlo así. No tuve tiempo de volver a él, ¡con tantos ejemplos que había a mi alrededor de lo que eso produce!

 interviniente 2:  Una sordera relativa.

J. L. - Ha salido algo que se llama …  Los estudios freudianos. No podría recomendarles suficientemente su lectura… Hay un artículo, de quien la dirige… contiene enunciados incontestablemente y universalmente contestatarios contra la institución psicoanalítica… Hay alguien del Instituto Psicoanalítico de Paris que hace una crítica a la institución psicoanalítica como tal, en tanto que ella está estrictamente en contradicción con todo lo que exige la existencia misma del psicoanalista, es verdaderamente una maravilla. No podría decirles que lo firmaría porque ya lo he hecho. Son mis formulaciones. En todo caso, para mí esto tiene una continuación, a saber, cierta proposición que saca las conclusiones de este impasse tan magistralmente demostrado.  Podría haber dicho, en una nota pequeñita, que en algún lado hay un extremista que trató de hacer pasar esto, en una proposición que renueva radicalmente  el sentido de toda la selección psicoanalítica. No es para quejarme, puesto que en la opinión misma de los interesados, esta contestación está totalmente en el aire, es gratuita. Ni hablar de que esto modifique algo, sea lo que sea, en el funcionamiento actual del Instituto del que provienen los autores.

 interviniente 1: - Ah! Habla bien!

 interviniente 5: - Hasta aquí no he entendido nada. Así que podríamos empezar por saber qué es un psicoanalista. Para mí, es una especie de policía, un tira. La gente que se hace psicoanalizar no habla y no se ocupa más que de ella.

 interviniente 6: - Ya teníamos a los curas pero como eso no ya no funcionaba más,  ahora tenemos a los psicoanalistas.

 Risitas

 interviniente 7: - ¡Lacan! esperamos desde hace una hora lo que nos anuncias a medias tintas, la crítica al psicoanálisis. Por eso aguardamos en silencio, porque sería también tu autocrítica.

J. L. – Pero yo no critico en absoluto el psicoanálisis, no es cuestión de criticarlo. Este entiende mal. Yo no soy para nada contestatario.

 Interviniente 3:– Dijiste que en Vincennes no se forman psicoanalistas y que eso era algo bueno. De hecho, un saber es dispensado, pero no dijiste lo que era. En todo caso, eso no sería un saber ¿Entonces?

J. L. – Un poco de paciencia, se los explicaré. Soy invitado, se los señalo. Es bello, es grande, es generoso ¡Pero soy invitado!.

 Sale en Lacan 1  dejando el habano y sus lentes sobre el escritorio
 Entra Lacan 2
Mientras tocan las guitarras unos segundos
Juego de luces
 Murmullos y comentarios de los intervinientes entre ellos y  también hacia el público

 interviniente 6: - ¡Lacan! El psicoanálisis, ¿es revolucionario?

J. L. – He aquí una buena pregunta.

 Interviniente 6: - ¿Es un saber o no es un saber? No eres el único paranoico aquí.

J. L. – Hablaré de cierto aspecto de las cosas del que hoy no me ocupo, es decir, el departamento de psicoanálisis. Está  la delicada cuestión de las materias.

 interviniente 3: - La cuestión de las materias está resuelta y no es el momento de ponerla sobre el tapete. Ha habido toda una maniobra de los profesores del departamento de psicoanálisis para arrastrar eso durante todo el año. Dejemos a un lado las materias. La cuestión es el psicoanálisis ¿Entiendes? Dejemos eso.

J. L. – No tengo para nada el sentimiento de que dejen a un lado las materias. Al contrario, las materias se sostienen demasiado. Es un hábito. Puesto  que puse sobre el pizarrón el esquema del cuarto discurso, el que nombré la última vez y que se llama “el discurso universitario”, helo aquí. Aquí, en posición de amo, como se dice,  “S2”, el saber.

 Interviniente 4: - ¿De quién te estás burlando? ¿El discurso universitario está en las materias? Eso es un mito, y nos pides que creamos en un mito. Las personas que dicen estar en la regla del juego que tú impones, nos traban. Entonces no nos hagas creer que el discurso universitario está en el pizarrón,  porque eso, no es verdad.

 Murmullos

J. L. – El discurso universitario está en el pizarrón porque ocupa, en él, un lugar arriba y a la izquierda…

 interviniente 4: - ¡Arriba y a la derecha de Dios está Lacan!

Entre el público algunos intervinientes se ríen, otros exigen silencio.

J. L. - …ya asignado en un discurso precedente…. Porque lo importante en lo que está escrito son las relaciones, es allí donde eso pasa o no pasa. Si comienzan por poner en su lugar lo que constituye esencialmente el discurso del amo…

 Interviniente 6: ¿Qué es un amo? ¡Es Lacan!

Intervinientes 1, 4, 5 y 7:  risitas
Intervinientes 2 y 3:  “SSSSHHHHH

J. L. … a saber que este ordena, que interviene en el sistema del saber. Pueden preguntarse qué quiere decir cuando el discurso del saber , por este desplazamiento de un cuarto de giro, no tiene necesidad de estar en el pizarrón porque está en lo real. En mi álgebra, eso que se designa por la letra, el objeto “a”, dije que era el lugar revelado, designado por Marx como la plusvalía. Ustedes son los productos de la universidad y lo demuestran. Demuestran que son la plusvalía; aunque sólo fuera por esto: es  algo a lo que no solamente consienten sino que aplauden – y no veo en qué yo haría objeción – es que ustedes mismos salen igualados, a más o menos materias. Vienen aquí a hacerse materias. Salen de aquí etiquetados como materias.

 Intervinientes 4: - Moraleja: Más vale salir de aquí etiquetados por Lacan.

J. L. – Yo no etiqueto a nadie. ¿Por qué presumen que quiera etiquetarlos? ¡Qué historia!

Murmullos

 Interviniente 6: - No, tu no nos etiquetarás, puedes estar seguro. Lo que quiero decir es que hay aquí personas que están etiquetados por el hecho de que, queriendo sostener el discurso que tú sostienes por ellos, no pueden sostenerlo en el modo en que se entronca sus presencias aquí. Hay personas que  quieren hablar a título de una protesta que tú calificas de vana. Hay otras  que están en su rincón haciendo Ole- Olé, tra la la, boom boom. Y esto es lo que forma el movimiento de opinión. Todo esto no se dice, con el pretexto de que te toca a ti decirlo. Lo que yo quisiera es que tuvieras la amabilidad de callarte.

Murmullos

J. L. – ¡Pero hacen bien! Piensan que yo lo diría mucho mejor que ellos. Con voz aguda Yo por mi parte me regreso a casa, es lo que se me reprocha.

 interviniente 1: - ¡Oh, Lacan!, no te burles de la gente, ¿eh?

J. L. – Ustedes aportan un discurso que tiene exigencias tales…

 interviniente 1: - Lo que yo propongo es que no se burlen de la gente cuando hacen una pregunta. No se hace una vocecita así como has hecho ya tres veces. Se responde y punto. Entonces, ¿qué pregunta has planteado?
Y luego hay otra cosa, como hay aquí personas que piensan que el psicoanálisis es una historia de problemas de culos, no hay más que hacer un love-in.
Mientras se quita la camisa  y  la arroja al suelo:
 ¿Cuántos están de acuerdo en transformar esto en un love-in salvaje?

Intervinientes 4, 5, 6 y 7 : ¡EA! ¡EA! ¡SÍ! ¡SÍ!
 Intervinientes 2 y 3 : SHHHHHH
 Los guitarristas tocan.  Momento de tumulto en las sala

J. L.- Oiga, mi viejo, ya vi esto ayer por la noche, estaba en el Open Theater, hay un tipo que hacía esto, pero tenía un poco más de cojones que usted, se quedaba completamente en cueros golpeando sobre el escritorio : ¡Continúe, vamos, continúe, mierda!

 Interviniente 1: se quita el cinturón y lo arroja al suelo, cerca de Lacan

 intervinientes 5: - ¡Silencio! De todas formas no habría que burlarse de la gente ¿Por qué Lacan se contenta con una crítica tan menor de la práctica del camarada? Decir del camarada que no puede desvestirse golpeando sobre la mesa, quizás sea muy divertido, pero es también muy simplista.

J. L. – Pero yo soy simplista.

 Intervinientes:  Risas y murmullos

 interviniente 1 – Y esto les hace reír, es interesante.

J. L. – Pero no veo por qué de pronto no reirían.

 interviniente 1: - Yo preferiría que se rieran en este momento.

J. L. – Es triste.

 interviniente 2: - Tan triste como ver salir de aquí a la gente como si fuera el metro a las seis de la tarde.

J. L. – Entonces, ¿dónde nos quedamos? Parece que la gente no puede hablar de psicoanálisis porque esperan que lo haga yo. Pues bien, tienen razón, porque yo lo haré mucho mejor que ellos.

 interviniente 1: - No es exactamente eso, puesto que tienen la necesidad de hablar entre ellos.

J. L. – Está comprobado.

 interviniente 1: - Hay algunas personas, las mismas que toman apuntes y que ríen, que, cuando Lacan vuelve a tener en sus manos a la asistencia, se dicen unas cuantas cosas sin salir nunca de sus butacas, porque es del orden de la topología. Pues bien, es a esa gente a la que me gustaría escuchar.

 interviniente 2: - ¡Pero bueno, dejen hablar a Lacan!

J. L. – Mientras tanto usted no dice nada.

 Interviniente 4 : (Cantando) ¡La luuuucha sigue.. la luuuucha sigue!
 Interviniente 2:: ¡LACAN con nosotros!
Todos: (Como consigna) - LA-CAN- CON NOSOTROS
 Repitan dos veces.

J. L. – Estoy con ustedes.
El tiempo pasa. Intentemos por lo menos darles una pequeña idea de lo que es mi proyecto.  Se trata de articular una lógica que por más débil que parezca (mis cuatro pequeñas letras que parecen poca cosa, pero que hay que saber según qué reglas funcionan), es aún lo bastante fuerte como para comportar lo que es el signo de esta fuerza lógica, a saber, la in-com-ple-tud.

Risitas y murmullos.

¡Eso les hace reír! Sólo que esto tiene una consecuencia muy importante, especialmente para los revolucionarios: Es que Nada es Todo.

 interviniente 4: - ¡Oh! ¡Bien!

J. L. - … la propiedad de cada uno de estos esquemas de cuatro patas es que cada uno deja su hiancia. En el discurso del amo es precisamente la recuperación de la plusvalía. En el nivel del discurso universitario, es otra. Este es el que los atormenta a ustedes.
No es que el saber que se les da no sea estructurado y sólido. De modo que sólo tienen que hacer una cosa, y es tejerse allí adentro con los que trabajan, es decir con los que les enseñan, a título de medios de producción y al mismo tiempo de plusvalía.
En cuanto al discurso de la histérica…da su sentido a lo que Marx articuló históricamente; a saber, que hay acontecimientos históricos que sólo se juzgan en términos de síntomas.  No se vio hasta dónde llegaba esto hasta el día en que se tuvo el discurso de la histérica para  hacer el pasaje a algo distinto, que es el discurso del psicoanalista. El psicoanalista sólo tuvo, en principio, que escuchar lo que decía la histérica.

 intervinientes 3: - Entonces la histérica es el amo del psicoanalista…

Risitas leves

J. L.: - Quiero un hombre que sepa hacer el amor. Pues bien, el hombre se detiene ahí…Para hacer el amor, podemos repasar: Nada es Todo, y aunque ustedes pueden seguir haciendo sus bromas, hay una que no es divertida,  es la castración.

 Interviniente 7: - Mientras este curso ronronea tranquilamente, hay ciento cincuenta camaradas de Bellas Artes que han sido detenidos por los polis y que están desde ayer en Beaujon, porque ellos no hacen cursos sobre el objeto “a” como el mandarín aquí presente y del que todo el mundo pasa. Ellos fueron a hacer un curso salvaje al Ministerio de Equipamientos  en los barrios pobres sobre la política del Señor Chalandon. Así que creo que el ronroneo de este curso magistral (gritando) ¡traduce bastante bien el estado de podredumbre actual de la Universidad!

Intervinientes 1 y 6 : -  ¡Si,  abajo la universidad!
El resto:  murmullos

 Interviniente 4: - Porque francamente, todo lo que nos dice son pendejadas, ¿no?

J. L. – Sí…

Sale Lacan 2.  Entra Lacan 3.
Mientras tocan las guitarras unos segundos
Juego de luces
 Murmullos,  risas y comentarios de los intervinientes entre ellos y  también hacia el público.  Tumulto en la sala.


 interviniente 6: - Si no quieren dejarme hablar, es que está claro que no saben hasta qué punto puedo gritar.
 Se sube al estrado
Lacan, quisiera decirte unas cuantas cosas. Me parece que hemos llegado a un punto en que es evidente que una protesta puede llegar a tomar forma en esta sala. Está claro que pueden lanzarse pequeños grititos, que se pueden hacer buenos juegos de palabras. Pero también está claro, y hoy tal vez de una manera evidente, que nunca podremos llegar a una crítica de la Universidad si nos quedamos adentro, en sus cursos y en las reglas que se han establecido antes de que interviniéramos en ella.
Se sienta sobre el escritorio
Pienso que lo que acaba de decir el camarada sobre los estudiantes de Bellas Artes que han ido a hacer un curso salvaje sobre los barrios pobres y sobre la política de Chalandon en el exterior de la Universidad, es un ejemplo muy importante. Eso permite encontrar una salida a nuestra voluntad de cambiar la sociedad, y, entre otras cosas, de destruir la Universidad. Y me gustaría que Lacan diera ahora mismo su punto de vista sobre esto.
 Se pone de pie
 Porque destruir la universidad no se hará con una mayoría de estudiantes desde el interior, sino sobre todo a partir de la unión que debemos alcanzar nosotros, los estudiantes, sobre posiciones revolucionarias ¡con los obreros, con los campesinos y con los trabajadores!.

 intervinientes 1, 4, 5 y 7 : SÍ! SÍ! BRAVO!
 Los demás:  SSSHHHHH

 Interviniente 6 :  Veo muy bien que esto no tiene relación con lo que acaba de decir Lacan.

J. L. – De ninguna manera… sí la tiene…

 Interviniente 6: - Tal vez la tenga, pero no de una manera evidente. La relación entre las acciones que debemos hacer en el exterior y el discurso, si es que existe, de Lacan, está manifiestamente implícita.  Y estaría bien que ahora Lacan diga lo que piensa sobre la necesidad de salir de la Universidad, y que pare ya de sacarle punta a las palabras, de contestar a algún profe en la sala sobre tal o tal cita de Marx. Porque del Marx académico, ¡ya estamos hasta la madre! Escuchamos babear sobre él en esta facultad desde hace un año. Ya sabemos que eso es una mierda. Hacer un Marx académico es servir a una Universidad burguesa.  Si debemos tirar por los aires a la Universidad, eso será desde el exterior, con los que están afuera.

 Intervinientes 1 Y 7: - ¡SÍ! ¡CON LOS DE AFUERA!
 Los demás:  Murmullos
 Silencio

 interviniente 2: - Entonces, ¿por qué estás adentro?

Interviniente 6: - Estoy adentro, camarada, porque si quiero que la gente salga de aquí, tengo que venir a decírselo.

J. L.: - ¡Ah! Ya ve usted… es que todo está allí amigo: para conseguir que salgan, usted entra.

Interviniente 6:- Lacan, permíteme, termino. No está ahí toda la cuestión, porque ciertos estudiantes piensan todavía que escuchando el discurso del Señor Lacan encontrarán los elementos que les permitirán contestar su discurso. Sostengo que es dejarse tomar en la trampa.

J. L. : - Totalmente cierto.

Interviniente 6: - Si pensamos que es escuchando el discurso de Lacan, de Foucault, de Dommergues, de Terray, o de algún otro, que conseguiremos los medios para criticar la ideología que nos hacen tragar, nos estamos metiendo el dedo en el ojo. Sostengo que es afuera donde hay que buscar los medios para tirar por los aires la Universidad.

J. L. : - Pero ¿fuera de qué?  Porque cuando salen de aquí ¿se convierten en afásicos? Cuando salen siguen hablando, en consecuencia, siguen estando dentro.

Interviniente 6:  - No sé lo que es “afásico”.

J. L. : - ¿No sabe lo que es “afásico”? Es indignante en extremo. Usted no sabe lo que es un afásico. A pesar de todo, hay que saber un mínimo…

Interviniente 6: - Yo no estoy veinticuatro horas sobre veinticuatro en la Universidad.

J. L.: - En fin, ¿usted no sabe lo que es un afásico?

Interviniente 2: - Cuando algunos salen de la Universidad es para dedicarse a sus trampitas personales. Otros salen para militar en el exterior. Esto es lo que quiere decir salir de la universidad. Entonces, Lacan, danos rápidamente tu punto de vista.

J. L. – Hacer una Universidad crítica, en suma, es decir lo que ocurre aquí. Eso es.
Ustedes tampoco saben lo que es una Universidad Crítica. Nunca les han hablado de eso… ¿qué quieren?

Interviniente 4: - No hay nada que comprender.

J. L. : - Bien, me gustaría hacerles una pequeña observación sobre esto. La configuración de los Obreros-Campesinos ha conducido, a pesar de todo,  a una forma de sociedad donde es justamente la Universidad la que tiene la sartén por el mango. Es lo que reina en eso que llamamos comúnmente la Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas, es la Universidad.

Interviniente 7: - ¿Qué chingados tenemos que ver con esto? ¡No hablamos de revisionismo, sino del Marxismo- Leninismo!

Intervinientes 1 y 6:  ¡SÍ SÍ! 
4 y 5:  Murmuran

J. L.: - Vamos. Suficiente, suficiente. Un poco… Ustedes me piden que hable, entonces hablo. No digo cosas que están en las nubes. Digo aquí algo preciso.

Interviniente 7: - No dices nada.

J. L. : - ¿No acabo de decir cómo concibo la organización de la Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas?

Interviniente 4: - Para nada.

J. L. : - ¿No he dicho que el saber era el rey ¿No dije eso?, ¿No?

Interviniente 4: - ¿Y qué?

J. L. : - Entonces, eso tiene algunas consecuencias, mi querida amiga, usted no estaría muy a gusto allí.

Interviniente 5: - Se ha planteado una pregunta con respecto a cierta sociedad y tú nos hablas de otra sociedad. Lo que habría que decir es por qué crees que es inevitable.

J. L. : - Estoy completamente de acuerdo. Hay límites infranqueables a cierta lógica, que he llamado una lógica débil, pero todavía lo bastante fuerte para dejarles un poco de incompletud, de la que ustedes, en efecto, testimonian de una manera perfecta.

Interviniente 7:- Yo me pregunto por qué este anfiteatro está repleto de 800 personas. Es verdad que eres un buen payaso, célebre, y que vienes a hablar. Un camarada también habló durante diez minutos para decir que los grupúsculos no podían salir de la Universidad. Y todo el mundo, reconociendo que no hay nada que decir, habla para no decir nada. Entonces, si no hay nada que decir, nada que comprender, nada que saber, nada que hacer, ¿por qué toda esta gente está aquí? ¿Y por qué tú, Lacan, te quedas?

Murmullos

Interviniente 3: (Conciliador):  - Nos hemos perdido un poco con un falso problema. Todo esto porque el camarada dijo que venía a la Universidad para largarse con otros camaradas.
Interviniente 4: - Se habla de una Nueva Sociedad ¿Tendrá el psicoanálisis una función en esa sociedad y cuál?

J. L. – Una sociedad no es algo que pueda definirse rápidamente. Lo que trato de articular, porque el análisis me da de ello el testimonio, es lo que la domina, a saber, la práctica del lenguaje.  La afasia quiere decir que hay algo que falla de ese lado. Figúrense que hay tipos que … no saben cómo arreglárselas con el lenguaje.  Eso los hace más bien lisiados.

Interviniente 2: - Puede decirse que Lenin estuvo a punto de volverse afásico.

 Murmullos.

J. L. : - Si tuvieran un poco de paciencia y si quisieran que nuestros impromptus continúen, les diría que la aspiración revolucionaria es algo que no tiene otra oportunidad de  llegar a buen puerto, más que siempre, al discurso del amo. La experiencia es la prueba de ello.
Eso a lo que ustedes aspiran como “revolucionario” es a un amo. Lo tendrán.

Interviniente 1: - ¡Ya lo tenemos, tenemos a Pompidou!

J. L. : - Ustedes se imaginan que tienen un amo con Pompidou? Entonces, ¿qué es toda esta historia? A mí también me gustaría hacerles preguntas. ¿Para quién tiene un sentido aquí, la palabra “liberal”?

Interviniente 4: - Pompidou es liberal. Lacan también.

Murmullos
Intervinientes 2 y 3: ¡Ssshhhh!

J. L. : - No soy liberal, como todo el mundo, más que en la medida en que soy anti-progresista. Es que estoy tomado por un movimiento que merece llamarse progresista, porque es progresista el ver fundarse el discurso psicoanalítico, en la medida que éste completa el círculo que podría tal vez permitirles a ustedes situar eso de lo que se trata exactamente, eso contra lo cual se rebelan. Lo cual no impide que esto continúe jodidamente bien.
Y los primeros en colaborar, y aquí mismo en Vincennes, son ustedes, porque juegan la función de ilotas en este régimen ¿Tampoco saben qué quiere decir esto? El régimen los exhibe. Dice: Mírenlos gozar.
Bien, Adiós por hoy. Bye. Se acabó.

Toma su portafolio y su abrigo. Se retira.

 Momento de silencio y estupor.

Intervinientes: Murmullos, sorpresa, comentarios

 Oscuro.

PANTALLA: Imágenes de la Universidad de Vincennes en los sesenta, y de su desmantelamiento en 1980.

Audio: Voz de locutor de radio en francés con subtítulos:

“Aquí en Radio France. Hoy, 8 de agosto de 1980, el Centro Universitario Experimental de Vincennes acaba de ser completamente desmantelado. Creado en 1968 por Edgar Faure, es en 1976 cuando la responsable de las universidades, Alice Saunier-Seïté, da la orden de su desmantelamiento, mismo que acaba ser efectivo, no sin resistencia de los profesores y los estudiantes.”

Audio: Thieves like us de  New Order
Créditos y  agradecimientos  en pantalla.

FIN



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